Quienes utilizan esta lengua, son mayormente personas sordas, pero entre ellas se incluyen también personas oyentes que por razones familiares, personales o profesionales tienen un conocimiento fluido de la misma. Según CONALESCO (citado por Oviedo 2008), el grupo de profesionales que tienen conocimiento de la lengua ha aumentado considerablemente desde 1996, como consecuencia de la aprobación de la Ley 7600 ; Sin embargo, desde la década de los años 70 se enseña
LESCO de modo formal en diversas instituciones.
El aprendizaje de dicha lengua se compone de cuatro niveles; no obstante la “(…) descripción del contenido de esos cursos es (…) poco clara. Este se resume en función del desarrollo de “competencias comunicativas” y en el dominio de los contenidos aprendidos en el o los niveles precedentes del mismo curso (…) (Oviedo, 2008, p. 16). Las personas que logren aprobar esos cuatro niveles además, tienen la posibilidad de continuar los estudios de la lengua para
convertirse en intérpretes.
En el marco de la educación inclusiva, actualmente el propósito es introducir la enseñanza del LESCO como primera lengua para la población estudiantil sorda, dentro de un modelo educativo bilingüe.